Ashley Greene, a diferencia de los 2 años anteriores que había optado por vestidos de corsé de D&G, este año Ashley lució un simple pero maduro vestido sin mangas en blanco y negro con un fino cinturón dorado de Givenchy. A su vez combinó el modelo con unas sandalias negras tejidas de tacón, también de Givenchy y un trío de brillantes pulseras. Para terminar completó el look con un peinado totalmente recto y liso y como maquillaje optó por su habitual eyeliner junto con un fuerte color cereza en los labios.
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Me encantó el look. Tal vez un poco demasiado formal, pero estaba hermosa.
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